Día de oración por Myanmar – Feb 1

El 1 de febrero marca una fecha significativa para Myanmar: el comienzo del conflicto en Myanmar en 2021.

El país se ha enfrentado a momentos de gran sufrimiento y desafíos en los últimos años. En este día de culto para pedir paz, justicia y reconciliación en esta situación.

A través de esta iniciativa, organizada por Ayuda a la Iglesia que Sufre (ACN) y sus 23 oficinas nacionales, pretendemos llevar la paz, la justicia y la reconciliación a la sociedad. Pretendemos llevar consuelo espiritual al pueblo birmano, mostrar nuestra solidaridad, rezar por el retorno de la paz a este país y recordar que incluso en medio de las pruebas más oscuras, la esperanza y la fe pueden ser una luz para el mundo.

«Bienaventurados los que trabajan por la paz, porque ellos serán llamados hijos de Dios». (Mateo 5:9)
Nuestras oraciones nos convierten en instrumentos de paz.

Durante estas 24 horas, te invitamos a unirte a nosotros en oración y rogar a Dios que toque los corazones de los que sufren, de los que buscan la paz, y de aquellos que tienen el poder de transformar la situación en Myanmar.
 

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Elige la Vigilia de oración por Myanmar para encender tu propia vela durante esta novena.

 

Descargar oraciones

Enciende una vela
María, Abre mi corazón a tus hijos e hijas que están solos.
Permíteme darles una mano en señal de amistad.
Abre mis ojos a los que sufren.
Concédeme dar una mano para consolar.
Dame fuerza para hacer lo que es justo
para ayudar a mis hermanos y hermanas
perseguidos en todo el mundo.
Que ellos nunca estén lejos
de tu amoroso abrazo
especialmente en su hora más oscura.
Amén.

Enciende una vela
Gracias, Señor, por estar aquí con nosotros hoy,
movidos por nuestra preocupación
por el pueblo de Myanmar.
Traemos ante ti a los refugiados de los campos de acogida y a todas las regiones
donde el conflicto ha sembrado sufrimiento.
Mira con misericordia, Dios, a los miles de personas que han sido víctimas de esta
guerra, especialmente aquellos que viven con el peso del trauma.
Escucha sus lamentos, su desesperación y su dolor profundo.
Pedimos tu consuelo para los corazones quebrantados,
tu paz para quienes llevan heridas invisibles,
y tu fortaleza para aquellos que han sido devastados por la violencia.
Oramos también por los sacerdotes, religiosas y voluntarios, que día a día se
esfuerzan por llevar esperanza y sanación a las víctimas.
Guía sus esfuerzos, fortalece su paciencia y aumenta su compasión.
Que sean un verdadero reflejo de tu amor en medio del sufrimiento.
Padre misericordioso,
escucha nuestras súplicas por la paz en Myanmar,
por la curación del corazón del pueblo.
Guíanos a ser instrumentos de tu paz y esperanza, hoy y siempre.
Amén.

Enciende una vela

Señor nuestro,
mira a nuestros hermanos y hermanas en Myanmar,
que experimentan el constante miedo de los bombardeos, el hambre,
la falta de electricidad y las restricciones en comunicación.
A menudo, deben recorrer largos caminos, atravesando peligros,
pero, a pesar de todo, no se rinden en su misión.
No se paralizan ni se quedan en sus casas,
sino que, con valentía, siguen llevando tu mensaje de esperanza.
Te pedimos por su protección, Señor,
guarda a cada uno de ellos en su camino,
da fortaleza a su corazón
y multiplica su esfuerzo por el bien de su comunidad.
Su devoción a María y el rezo del rosario
es su refugio, su guía en medio de la adversidad
y su fuente de consuelo en tiempos de desesperanza.
Derrama tu paz sobre ellos,
inspira su formación y su misión,
para que puedan seguir llevando la luz de tu amor,
incluso en los lugares más lejanos y difíciles.
Haz que su flexibilidad y espontaneidad
sean instrumentos tuyos, Señor,
a pesar de las restricciones y los conflictos.
Bendícelos en su trabajo,
fortalécelos en su fe
y acompáñalos en cada paso de su camino.
Amén.
Señor de la vida, en medio de las dificultades, tu gracia y tu amor siguen obrando con poder. Una religiosa escribió a ACN dándote gracias, Señor, por tu respuesta a las intensas e incansables oraciones de su congregación desde 2018 para tener nuevas vocaciones. La hermana cuenta que las jóvenes, debido al conflicto, han llegado a sus conventos y comunidades para buscar refugio y están abiertas a conocer tu llamada y tu misión. Entre los refugiados, donde las hermanas sirven con humildad y sacrificio, están surgiendo también vocaciones, jóvenes que, al ver esa dedicación, se sienten inspiradas a seguir ese camino. También hemos tenido noticia de la ordenación de nuevos sacerdotes, a pesar de que muchas diócesis sufren evacuaciones, algunos seminarios han tenido que ser cerrados y muchas parroquias están desiertas. Por favor, Señor, te pedimos que fortalezcas la vocación y la perseverancia de todos ellos. Que las aspirantes, novicias y seminaristas puedan seguir firmes en su llamado, guiadas por tu espíritu. Bendícelos, Señor, en este camino, acompáñalos en sus pasos y ayúdales a perseverar en tu amor, hoy y siempre. Amén.
Enciende una vela
Señor de la misericordia, te llevamos en oración a los fieles de Myanmar, aquellos que viven en la jungla, escondidos por las luchas y el conflicto, aquellos que han tenido que dejar sus hogares y buscan refugio. Te pedimos por los sacerdotes y religiosas que, a pesar de los peligros, siguen visitando pueblos medio vacíos porque la gente se oculta por miedo a los ataques en los bosques. Rogamos para que, en cada celebración de la santa misa, sean guiados por tu espíritu de fortaleza. En sus visitas, levantan altares sencillos con lo que tienen, a veces incluso sobre una cesta de bambú, y allí celebran bautismos, escuchan confesiones, rezan el rosario, consuelan a los enfermos, bendicen sus tiendas y se convierten en instrumentos de tu paz. Escucha las penas y tristezas de este pueblo, escucha sus oraciones llenas de dolor y esperanza. Por favor, Señor, protégelos, cuida de sus familias que esperan su regreso y suple las necesidades básicas para vivir. Haz que nunca se sientan abandonados, que encuentren tu fortaleza en cada sufrimiento. Amén.
Enciende una vela
Te presentamos nuestras oraciones por los jóvenes de Myanmar que, a causa del conflicto, se ven forzados a abandonar sus escuelas y hogares en busca de seguridad. Muchas congregaciones religiosas tenían internados para estudiantes, pero la violencia ha puesto en riesgo sus vidas. Con ataques cada vez más frecuentes, ellas deben enfrentarse a la terrible tarea de protegerlos, a veces enviándolos a sus casas donde no siempre están a salvo. Otras veces, huyendo con los jóvenes buscando refugio en otro lugar donde la Iglesia pueda ayudarles a seguir haciendo su labor. Muchos lugares tienen ahora el doble o el triple de jóvenes y casi no dan abasto. Como testimoniaron las hermanas, enfrentan a veces terribles peligros y caminatas a pie para ponerlos a salvo: “Gracias por habernos salvado de todo mal, seguiremos decididos a servir, testimoniando tu poder en nuestras vidas diarias y dando gracias a Dios y alabando su gloria todos los días.” Muchos jóvenes han abandonado el país para no ser reclutados por el ejército forzosamente. Señor, te pedimos que cuides de estos jóvenes, que los protejas en su camino y que encuentren refugio. Que sean fortalecidos y que puedan volver a sus estudios, aun cuando las circunstancias parecen adversas. Da consuelo a sus familias y sabiduría y fortaleza a las religiosas y religiosos que están con ellos y se esfuerzan cada día por mantener la calma, a pesar del miedo, el agotamiento y la amenaza constante. Amén.
Enciende una vela
Señor nuestro, hoy te pedimos que aumentes nuestra fe, moviéndonos por el ejemplo de fe y entrega que vemos en los fieles de Myanmar. Muchas religiosas allí han perdido todo lo que habían poseído en los últimos años, pero sus testimonios están llenos de fe. “Me he dado cuenta que todo lo que tenemos en la tierra es temporal. Intento vivir bajo la guía y en la gracia de Dios, desprendida de todo.” Ayúdanos, como ellos, a confiar plenamente en Ti, a desprendernos de lo que poseemos y a buscar siempre vivir bajo tu Gracia. A veces, les invade el miedo y un sentimiento de impotencia al escuchar sobre los inocentes que están sufriendo, las familias que han perdido seres queridos, gente a la que quieren tanto. “Se me rompe el corazón por nuestro país y nuestra gente. Tenía miedo de experimentar tanto temor día a día. Pero las palabras de nuestro obispo nos han ayudado a no olvidarnos de Dios en nuestro sufrimiento diario, a volver a Dios con un corazón contrito, a aprender a perdonar, a transformarnos nosotros mismos antes que querer que otros se transformen.” Señor, te pedimos que fortalezcas nuestro corazón, para que podamos recordar siempre tu presencia y responder con fe a las adversidades. Estas religiosas no solo se aferran a Ti en sus tiempos difíciles, sino que también tienen una visión profunda de su misión. “Dios nos manda fuera de nuestros lugares, nuestros conventos, para que podamos alcanzar a otros, para que hagamos su misión en lugares más lejanos, en lugares donde no habríamos ido si no fuera por la guerra. Doy gracias a Dios por toda esa gente que ha puesto alrededor de mí, gente muy generosa.” Te pedimos, Señor, que nos ayudes a ver la divina providencia cuando nos pones en el camino de otros, a veces más allá de lo cómodo, para hacer tu voluntad y para servir donde hay más necesidad. Que, como nuestros hermanos y hermanas de Myanmar, sepamos ser instrumentos de tu paz y anunciadores de tu amor, con un corazón dispuesto y fiel, hoy y siempre. Amén.